Habitantes del mundo e hijos de los hombres, escuchad. Los que yacéis en el polvo, despertad jubilosos; el médico se acerca a los enfermos; el redentor, a los esclavos; el camino, a los extraviados; la vida, a los muertos. Se aproxima el que arroja todos nuestros pecados al fondo del mar, el que cura toda enfermedad, el que nos lleva en sus mismos hombros para devolvernos nuestra propia y original dignidad. Su poder es enorme, pero su misericordia es todavía más admirable, porque quiso venir, así, con la eficacia de su remedio.(San Bernardo de Claraval) Comment